Donald Trump y Cuba: Miguel Sanchiz Jr.
- Miguel Sanchiz, Jr.
- 30 nov 2016
- 2 Min. de lectura

Donald Trump y Cuba: Miguel Sanchiz Jr.
Artículo publicado también en LA PRENSA- PANAMA.
Apenas murió Fidel Castro y el presidente electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, dijo en Twitter que acabará con el acuerdo de su país con Cuba si la isla no ofrece uno mejor, en línea con su promesa de campaña de revertir los esfuerzos del presidente Barack Obama por retomar los lazos con su rival de la Guerra Fría.
"Si Cuba no está dispuesta a un mejor acuerdo para el pueblo cubano, los cubanoamericanos y los estadounidenses en su conjunto, pondré fin al acuerdo", tuiteó Trump. Trump publicó el tuit en momentos en que los cubanos comenzaban a despedir a Fidel Castro, el exguerrillero que lideró la revolución en 1959 y gobernó la isla caribeña por medio siglo, después de su fallecimiento el viernes pasado.
La declaración no entregó pistas sobre si Trump cumpliría con la amenaza que hizo al final de su campaña de revertir el deshielo diplomático iniciado por Obama. Se especulaba que el republicano adoptaría un tono más moderado hacia la isla.
La muerte de Castro ha llevado a muchos cubanos a preocuparse de que Trump pueda bloquear los incipientes lazos comerciales y viajes entre Cuba y Estados Unidos que emergieron en los últimos dos años luego de una histórica declaración de Obama.
El caso es que nadie, ni aún dentro de las filas del Partido Republicano, sabe a ciencia cierta qué hará el controvertido presidente electo a partir del 20 de enero, cuando asuma el gobierno. Mucho menos se sabe qué hará Trump respecto del descongelamiento de las relaciones entre Washington y La Habana, que luego de más de medio siglo de confrontación.
Cuba siempre ha resistido lo que considera intentos de Estados Unidos por cambiar su sistema político, pero el gobierno se ha mantenido mayormente en silencio respecto de Trump, a la espera de ver si la dura retórica del presidente electo se convierte en política.
Raúl Castro, de 85 años, ha dicho que gobernará hasta febrero de 2018. Bajo su gobierno Cuba inició un camino de apertura económica y de flexibilización en favor de libertades individuales, ambas a cuenta gotas, que puso a los cubanos en confrontación con algunas de sus consignas históricas y, sobre todo, con su realidad económica.
Su retiro significará el acceso al poder de nuevas generaciones que, aunque formadas bajo los postulados del ala dura del castrismo, por el sólo hecho de tener entre 20 y 30 años menos que los líderes históricos de la Revolución se presume que tendrán miradas más amplias para relacionarse con un mundo que está en un proceso de cambios abruptos.
Por lo pronto, Trump se desbocó ante la muerte del líder cubano con palabras gratas a los oídos del exilio cubano en Miami. Pero también es cierto que son varios los gobernadores de estados agrícolas de los Estados Unidos, allí donde residen los granjeros que votaron masivamente al candidato republicano, que tienen interés en vender sus productos a Cuba.
Además, aunque aún en forma incipiente, ya hay muchos millones de dólares de empresas estadounidenses invertidos en la reapertura del mercado cubano, sobre todo en los rubros de infraestructura hotelera, aviación comercial y comunicaciones. Y Trump es, ante todo, un “empresario”.
El autor es asesor en Comunicación
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